¿Cuándo empiezan a andar los bebés?

Uno de los hitos más esperados por madres, padres y cuidadores es el momento en el que un bebé da sus primeros pasos. Verle caminar por primera vez es emocionante, tierno y, al mismo tiempo, una señal de que la infancia avanza a pasos agigantados (literalmente). Pero… ¿cuándo empiezan a andar los bebés realmente? ¿Es normal que un niño camine a los 10 meses? ¿Y si aún no anda con 18?
En este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre el inicio de la marcha en los bebés: edades promedio, señales de preparación, cómo acompañarles y cuándo preocuparse si no caminan.
¿A qué edad empiezan a caminar los bebés?
Aunque cada niño tiene su ritmo, la mayoría de los bebés empieza a caminar entre los 9 y los 18 meses de edad. Se considera un rango completamente normal. No todos los niños lo hacen en el mismo momento ni con la misma seguridad.
Algunos bebés dan sus primeros pasos antes del año, mientras que otros necesitan más tiempo para ganar la fuerza, el equilibrio y la confianza necesarias. Lo importante es respetar el ritmo individual sin comparar con otros niños.
Edad media para empezar a caminar
- Entre los 9 y 12 meses: algunos bebés se sueltan a caminar, normalmente después de haberse apoyado en muebles o en personas adultas.
- Entre los 13 y 15 meses: es la edad más común para que los bebés empiecen a andar por sí solos.
- Hasta los 18 meses: todavía se considera dentro del desarrollo típico si el bebé no camina pero progresa en otras áreas motoras.
¿Qué necesita un bebé para poder andar?
Caminar requiere un desarrollo neuromuscular y emocional complejo. Antes de dar pasos, el bebé necesita:
- Control postural: mantenerse erguido con la espalda y cabeza rectas.
- Fuerza muscular: especialmente en piernas, caderas y tronco.
- Coordinación motora: sincronización entre brazos y piernas.
- Equilibrio: clave para no caerse a cada paso.
- Confianza y seguridad emocional: saber que alguien le acompaña y protege.
Etapas previas a los primeros pasos
El desarrollo motor del bebé es una progresión. Estas son las etapas más comunes antes de caminar:
- Boca abajo y levantamiento de cabeza (2-3 meses)
- Giro (4-6 meses)
- Sentarse sin apoyo (6-8 meses)
- Gateo o desplazamiento (7-10 meses)
- Ponerse de pie con apoyo (8-11 meses)
- Dar pasos con apoyo (9-13 meses)
- Caminar sin ayuda (10-18 meses)
No todos los bebés gatean. Algunos se arrastran, otros se deslizan sentados y otros pasan directamente a andar.
Señales de que el bebé está cerca de caminar
- Se pone de pie solo con apoyo.
- Se mantiene de pie unos segundos sin agarrarse.
- Da pasos con ayuda de un adulto.
- Camina lateralmente apoyado en muebles.
- Muestra interés por desplazarse por sí mismo.
¿Cómo puedes ayudar a tu bebé a caminar?
1. Déjale tiempo en el suelo
Evita mantenerle en hamacas o carritos durante largos periodos. El suelo es su mejor gimnasio.
2. Usa ropa cómoda
Evita prendas que limiten el movimiento. En casa, lo mejor es ir descalzo o con calcetines antideslizantes.
3. Acompáñale sin forzar
Anímale con juguetes, tu voz o dándole las manos si las pide. No le obligues a caminar antes de estar preparado.
4. No le pongas de pie antes de tiempo
Forzarle a ponerse de pie puede ser contraproducente si no lo hace por sí mismo.
5. Evita andadores
Los andadores están desaconsejados: retrasan el desarrollo motor y aumentan el riesgo de accidentes.
¿Y los zapatos?
Los primeros pasos deben darse preferiblemente descalzo. Si sale a la calle, elige calzado blando y flexible.
¿Es normal que aún no camine con 15 meses?
Sí, completamente. Hasta los 18 meses se considera normal si hay progreso en otras áreas. No te alarmes si aún no anda solo.
¿Cuándo consultar con un pediatra?
- No se pone de pie ni intenta caminar a los 18 meses.
- Tiene un tono muscular muy bajo o muy rígido.
- No ha alcanzado hitos previos como sentarse.
- Solo utiliza un lado del cuerpo para moverse.
- Parece no tener equilibrio o se cae sin avanzar.
¿Qué pasa después de los primeros pasos?
Después de caminar, comienza la fase de exploración. Aprenderá a correr, girar, agacharse y subir escalones. El equilibrio mejorará con el tiempo y necesitará supervisión constante.
Conclusión
Cada bebé tiene su propio ritmo. Lo importante es ofrecerle un entorno seguro y estimularle sin forzar. Caminar no es una competición, sino una experiencia única de descubrimiento. Acompañarle con respeto y cariño es la mejor forma de apoyarle en este gran paso.